jueves, 19 de febrero de 2009

MI AMIGA ANA FLORES...CANTORA ES...

“La Ana Flores”, como la llamamos los que la queremos y admiramos, es una de esas mujeres fundamentales que “se cree el cuento” y actúa en consecuencia. Radicada en Valparaíso desde 1993 y tal como le pasa a muchos afuerinos que caen en las redes de este puerto que amarra como el hambre, según nos cantó el “Gitano” Rodríguez, ella ya pertenece a nuestro paisaje y la podemos ver y escuchar en diferentes espacios porteños y horarios, inclaudicable con su entrega que se pasea con fundamentos por nuestra música folclórica, el tango, el bolero y la música afroperuana.

No obstante sus inicios con el canto por allá por la década del 60, como integrante del mítico conjunto Lonquimay, fundado por Richard Rojas, con quienes tuvo su primera experiencia discográfica y una nutrida participación en Peñas Folclóricas durante el desarrollo de Nueva Canción Chilena, incluyendo una gira a Europa, sin duda la base fundamental y su escuela como investigadora, intérprete y docente, proviene de esa relación que mantuvo por más de una década desde 1990, con la maestra Margot Loyola, lo que la llevó a ejercer durante un largo período, una fundamental asistencia en la dirección del Conjunto Folklórico de la Universidad Católica de Valparaíso.

Asimismo, entre los años 1997 y 2004 le dio forma a un trabajo musical junto a María Eugenia Cisternas y Viviana Morales (reemplazada en el último período por Fernanda Urrea), quienes bautizadas como “Trío Las del Puerto”, pasearon por diferentes escenarios y festivales, toda la fuerza y la dulzura de esas antiguas cantoras, que con arpa y guitarras, engalanaban nuestras fiestas criollas hasta la primera mitad del siglo pasado. Este trío nos dejó una hermosa producción discográfica editada en 2001, con el apoyo del Fondart, denominada “Mujer (en)canto y alma”.




Tuve la fortuna de conocerla en la década del 90 e involucrarme musicalmente con ella entre los años 1998 y 2000, y junto al guitarrista Luis “Sata “Ponce y eventualmente con Miguel Bernal, desarrollar un repertorio de boleros y valses peruanos que paseamos por locales de la bohemia porteña y algunas intervenciones en la televisión local. Aprender de su seriedad y entrega en el desarrollo de nuestra propuesta musical, es uno de esos regalos que subliminalmente entrega la vida y que terminan siendo esos aportes que uno atesora y aplica en experiencias posteriores.



Una gratísima sorpresa nos llevamos todos sus seguidores cuando se presentó el año 2000 en el Festival de Tangos realizado en el Teatro Municipal de Valparaíso, obteniendo el máximo galardón en una competencia de intérpretes con participantes chilenos y argentinos, interpretando el tango “Los mareados” de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo.



Cuando se produjo la formación del Cuarteto de Guitarras Diapasón Porteño nos desvinculamos por un tiempo, sin embargo tuvimos la oportunidad única de participar conjuntamente en la 3ª Temporada Cultural de la Universidad Santa María en Talcahuano el año 2001.

Desde el año 2002 en adelante, ella formó equipo con el joven y destacado guitarrista Yanko Millán, con quien junto a otros importantes músicos porteños finalmente logró editar en el 2007 su primera producción como solista, titulada “Cantora soy”, donde vuelca sus fundamentos con composiciones propias y otras del cancionero chileno y latinoamericano, con los ritmos que ha venido cultivando desde siempre. El inspirado y fundamentado título de esta producción corresponde a una de sus importantes composiciones, la cual el año anterior había sido finalista en el Concurso Nacional de Música “Luis Advis”, organizado por la SCD.

Para mi querida amiga Ana Flores mis respetos y agradecimientos por hacerme sentir que mantenemos una sólida amistad prolongada en el tiempo.