Esas incipientes e improvisadas clases que recibía de mi madre, se sucedían bastante a menudo y generalmente muy tarde en la noche, como una manera ideada por ella para mantenerme en vigilia y poder contar con mi compañía hasta altas horas de la madrugada en espera del regreso de mi viejo. Junto con el aprendizaje de los primeros acordes, comenzaron a tomar una forma diferente en mis oídos, tonadas chilenas, valses peruanos, zambas argentinas, tangos, boleros, etc. Seguramente, mi madre nunca dimensionó la inmensa pasión que desencadenaría en mí, dándole un sentido y orientación muy especial a mi vida. Para ella eternamente toda mi gratitud, no sólo por ser la mágica gestora de mi vida, sino que también por todos los elementos de humanidad que se fueron complementando a mi personalidad, mediante la sensibilidad por la música que heredé de ella, lo cual felizmente he podido compartir colectivamente con toda mi familia y una gran cantidad de amistades en todo este tiempo.
Y ahora... antes que la frágil memoria se guarde para siempre tanta vivencia, intentaré dejar para todos ustedes, unos pincelazos de tantos momentos irrepetibles... para seguir compartiendo.
2 comentarios:
Holaaa......acá estoy tratando de hacer contacto ...ojalá se mantenga ...tb tengo blogspot hace rato....donde escribo algunas cositas.....podrias musicalizar algo tal vez ....??
...jaja....
UUUf....le di una mirada a este espacio .....y me quedé con la sensación de un gran y bello camino recorrido....
...que inteeensa es la música.....
...que bien que se debe vivir desde ella.....
Te felicito....
este es tu camino...
un gran abrazo...
Juan:
Creo que una de las cosas que le debo a Carlos Herrera, es presentarme a ti. Eres un tipo grande, valioso y me di cuanta, ese lejano día, que te iba estimar. Los escasos encuentros que hemos tenido, han sido gratísimos para mi; confío en que nos seguiremos viendo en la Caverna del Drsagón Caballeroso y en otros sitios.
Como músico, me agrada tu estilo, esa forma inacadémica de digitar, que es tremenda. Yo, guitarrero y cantor frustrado, siendo sana envidia por tu arte magnífico que, espero, junto con tu amistad, seguir disfrutando. Me hace bien, amigo.
Gracias por tu hermoso blog, muy humano, Juan.
Recibe un abrazo grande
Carlos Eduardo
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