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"…tres palabras que encierran profundos significados cuando hablamos de este continente, de sus habitantes y de su cultura.
Tierra descubierta como por casualidad, creyendo que se pisaba el extremo más oriental de las Indias, lo que motivó que a los nativos se les llamara , y se les llame aún, con el término común de indios.
Se género entonces el más grandioso fenómeno migratorio humano de los últimos siglos, motivado más por el afán de lucro que por la pasión de aventuras o el celo misionero. Oro azteca, oro maya, oro inca; su búsqueda llevó al conquistador hasta el confín del mundo, concluyendo, en menos de cincuenta años y en grandes líneas, la conquista de América, la que de simple expresión geográfica se convirtió en una realidad política, social y económica de proporciones inimaginables.
En América Anglosajona la colonización precedió a la conquista, mientras que en América Ibérica, la conquista precedió a la colonización.
Y, al contrario de lo ocurrido en Norteamérica, aquí en el sur la mezcla entre indios, europeos, y negros ha sido normal, porque, en la búsqueda del oro, el indio y el negro eran colaboradores necesarios y la unión con la india o la negra, por ejemplo, era una necesidad fisiológica, lo que generó una gran variedad de grupos étnicos, los que se distribuyeron en una geografía que posee todos los climas y todas las topografías. Los grupos nativos que permanecen más puros son, en general, los que habitan las regiones más inaccesibles del continente.
Y la música que llegó a estas tierras en las venas y en el alma del conquistador, se mezcló naturalmente con elementos nativos y negroides, haciendo del folklore musical hispanoamericano una materia riquísima y variada.
Hoy, dentro del canto popular de América Latina, los autores recogen toda esa herencia y, utilizando ritmos y giros melódicos tradicionales, componen canciones con temáticas, más actuales, con vivencias personales, alejadas en espíritu, fondo y forma de clisés comerciales y facilismos.
Los temas que se incluyen en la presente grabación tienen esa intención y ese espíritu.
Y sus propios fundamentos:
LADO A
1.- Versos del hospital: Cuartetas escritas por Violeta Parra en el año 1961, estando hospitalizada enferma de ictericia. Ella lo tomó con mucho humor y se inspiró en las cosas y personas que en ese momento la rodeaban. La melodía y el ritmo respetan el espíritu del trabajo de Violeta.
2.- Ser yo: Versos que tratan de mostrar, en pocas líneas, toda una filosofía de vida y de justificación para el canto. Se emplea ritmo de huayno, uno de los más típicos de la región del altiplano.
3.- Tabaré: Canción basada en el momento de la muerte, a manos de los españoles, del cacique charrúa Tabaré, protagonista del vasto poema épico del mismo nombre escrito por el autor uruguayo Juan Zorrilla de San Martín (1855 – 1931).
4.- Pastor de sueños: De pronto el hombre se da cuenta que su niñez ha quedado muy lejos y que es imposible volver a vivirla. Sólo se la puede recordar con nostalgia y soñar con esas viejas ilusiones. Hay una fuerte influencia de la música argentina en este tema, lo que estaría justificado por el hecho que su autor reside en Punta Arenas, donde se escucha más folklore argentino que chileno.
5.- Cuecas del libro: Dos “patas” de cueca hechas más para escucharlas que para bailarlas. Se dice que Violeta Parra se habría inspirado en
6.- Canto al esfuerzo: Verdadero himno al trabajo que grafica, en cuatro oficios básicos, todo un homenaje a los hombres de trabajo. El ritmo utilizado es el de sirilla, característico de la zona sur de nuestro país.
LADO B
1.- Campesina: Con ritmo de joropo lento, la danza más típica de Venezuela, este tema está referido a la mujer de campo, tanto en su condición de mujer, como en su condición de trabajadora.
2.- Diario camino mío: Canción que nació del darse cuenta un día que el camino de ida y vuelta del trabajo se hace a veces más corto y otras veces más largo, dependiendo esto del estado de ánimo de cada uno. Y como también el paisaje parece que cambiara.
3.- Puedo ponerte mil nombres: (Perdón, pero como ustedes se darán cuenta, este es un asunto entre mi señora y yo no más. Ahora, si alguien se siente interpretado por el tema, tanto mejor).
4.- Cantor de manos jodidas: El camino que anda el cantor junto a su pueblo motiva su canto. Pero no le canta a la linda flor del camino, sino a ese pueblo, y a sus hermanos del rancho y del barracón. Y que lindo es, dice, el canto que no se compra ni se vende, sino que sólo se entrega y se recibe.
5.-Liturgia Huarpe: Los huarpes eran unas tribus indígenas que vivían en lo que es hoy la actual provincia de Cuyo, Argentina. Esta canción es el lamento de la raza y de la tierra avasallada por el conquistador.
ANECDOTARIO
Todo esto comenzó un día de marzo de 1966, cuando el gordo Guillermo me prestó su guitarra para ver si podía aprender a tocar. Tres años después tuvo que quitármela para poder recuperarla. Nunca voy a terminar de agradecerle esa paleteada. Desde entonces, mucho canto ha acompañado y me ha hecho querer ese “oficio de cantor” que he compartido con mi familia y con tantos amigos, en tantos lugares y en tantas trasnochadas (y alrededor de otros tantos vasos de vinito caliente).
Y quiso la suerte que en esas trasnochadas conociera a este buen amigo y excelente guitarrista que se llama Juan Hernández A., también un enamorado y un estudioso de la música popular y folklórica de Hispanoamérica (y fanático de Astor Piazzolla).
En el mes de marzo de 1982 nos pusimos a trabajar juntos. Revisó, corrigió y arregló mi repertorio. Montamos entonces un recital didáctico-musical llamado “América, hombre, tierra y canto”, parte del cual tiene ustedes en sus manos, ojos y oídos.
Finalmente, nobleza obliga, queremos agradecer a toda la gente que, de una manera u otra forma, colaboró con este trabajo:
En primerísimo lugar agradecemos a todo el equipo del sello C.C. (la tremenda paciencia de René en las perillas, los ricos almuerzo sabatinos de don Eugenio), a Javier y Roxana, a la comprensión de nuestras respectivas “patronas”, a la noble “citrola” de Víctor Abarca (Vitoco), el que comenzó ayudándonos a acarrear los instrumentos y terminó con los fonos puestos y tocando el bombo en la grabación de las Cuecas del libro y de
Gracias a todos ellos y gracias a ustedes. Entre todos estamos haciendo un esfuerzo para que nuestro canto popular no muera. Que no sea en vano.
Kiko Donoso
Villa Alemana, Enero 1984"